24 octubre, 2006

Bachelorette

Se despedazan mis ojos en mi maleta.
Guardo mi uniforme,
los disfraces de hurí de tinieblas,
mis escamas marchitas, las miradas de sirena.

El puerto está tranquilo,
Quizás pronto traiga de vuelta tus naves.
Tal vez fuese preferible quedarse,
aguardar tu canto, abandonarse a los colores de Galdier,
renunciar a ninguna otra tierra.

Una hermosa guerrera descansa a mi lado.
También mira al mar. También te mira.
Luego lo supe.
Viste su talle de luz, su luz que es la mía.
Sus manos son igual a mis manos,
sus ojos altivos también son los míos. Su boca
también te pronuncia. Un espejo me reclama.


Björk despierta dudas, desentierra un libro
que de pronto, es abracadabra que todo revela:

Game we're playing is life
Love is a two way dream.

Ella me mira y se pregunta. Escruta también mis escamas de plata.

Todo se conjura a tu sombra, se desmontan escenarios,
un aroma de tramoya traspasa sueños.
Debería llorar tu nombre,
cubrirme con otros velos que oculten mi duelo,
pero ya no es hora de llorar tus manos.


Me sorprendo no aullándote,
no sintiéndote (¿quién eres, desconocido?).
¿Cómo es posible que desate tus besos sin que sangren mis labios?
¿Qué fue de nuestras batallas deseo con deseo,

pasión animal, boca animal, animales dedos?
¿Y qué se hizo del aleteo de tus pasos fugitivos,
del dolor adictivo de tu ausencia?



Subo el puente que me embarca.
No hay rumbo premeditado. Que todo fluya calle abajo,
río abajo, caderas abajo: un dos, tres, catorce...

Ella es la otra, me ve partir.
No desenvaina pañuelos blancos, no hay treguas pactadas,
sabe tan bien como yo
que perdimos hace tiempo esta guerra.
Su mirada entierra espejismos.

I'm the branch that you break,
I'm the branch that you break.
Sí, definitivamente, yo soy
la rama que tú partes.

(Viaje a Galdier)


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