28 noviembre, 2006




¿Pueden los ángeles habitar la tierra yerma de olvido?
¿Acaso sus alas reverdecen en los ojos marchitos,
en las uñas ajadas?
Una espada dulce señala el camino a otros paraísos.
Ya ves, dicen que sólo se precisa un puñado de latidos,
dos lunas menguantes
y los labios en una taza de té.

Imagen: Elena Zurikhina




26 noviembre, 2006

Bailaré para tus manos

Dibujo mares que amansen los días
hasta que tu boca cabalgue en la dulzura.
Tú esperarás paciente
en el umbral húmedo de la noche
y yo bailaré para tus manos.






... porque es tan fácil como dejar el corazón latir.

(Jorge Drexler, Don de fluir)


20 noviembre, 2006

La darrera treva




Ara, l’enèsima treva.
Les espases resten escampades per un mar de batalles.
Avui enterrarem els nostres morts
com qui apaivaga flames.
Un cop d’estel s’alça vigilant
en aquesta pau tant de temps desitjada.
Jo, planxaré camises,
tu trauràs els joncs rebels de la teulada.
Llençarem la roba vella,
recosirem les butxaques de l’ànima,
els estrips per on fuig l’oblit
els forats de l’absència.
Tu i jo un altre cop, entossudits,
Sí. Un altre cop. La darrera treva.



(D'oblit i treves)

>>Traducción<<


Imagen: Mario

06 noviembre, 2006

a-guardar



Palpita el ocaso y sus secretos
anhelante voz que acompasa
vuelos de mis manos veloces
a-guardada luz de deseo.



Imagen: Samantha Wolov

03 noviembre, 2006

sal



Ruge el mar que no se ve,
su sal antigua
trae un nombre en las escamas de la noche.
Mar presentido calzando aletas de deseo,
alza el vuelo y se derrama,
latido de playa que se desnuda,
impúdica flor de medusa que deshojo.


01 noviembre, 2006

Brebajes de soledad



Inventé mil conjuros,
mil brebajes,
mil trampas para atraparte,
vanidad de Circe de barrio.

Siempre huyes
marinero cazador de instantes.
Buscas voluntades que rendir
en otros mares
que aún te hagan sentir vivo,
en otros labios
que pronuncien tu nombre como un dogma,
siluetas tendidas a tus pies.

Sé que cada playa para ti es un reto
pero yo te espero cada atardecer en tus velas
mientras navegas por océanos invisibles
y me visto de sirena,
de ninfa,
del viento que te mece,
de los ocasos en tus ojos
para ser todas ésas que tú deseas.

Así, desembarcas en mí sin saberlo
una y otra vez
yo cada día más sombra de mi sombra,
intentando no perderte entre la marea.

Pero no soy ninfa, ni sirena, ni brisa, ni crepúsculo,
sé muy bien
que tan sólo soy tu Circe derrotada.



(Versos de perra negra)