16 febrero, 2007

hombre



Quiso el ángel ser hombre,
rozar la piel del deseo,
navegarla.
Quise yo penetrar su boca salada,
invadirla de palabras,
moder su transparente presencia.

Violando fronteras
envolvía la noche tus ojos blancos,
tus manos antiguas,
sabor de todo origen.

Pero sobrevoló la nada
y sus mares de alas anchas
tejieron sin piedad
mi nombre y tu olvido.




Imagen: Elda Harrington

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre hay un tiempo perenne donde la vida se confunde con el canto de la cigarra y los sueños se cumplen inmisericordes.

Daanroo Mattz