24 mayo, 2009




No escribes ya mi nombre,
pero sigue la noche persiguiendo lunas.
Y tú me niegas
una y mil veces me niegas,
piedra deshecha en ciega arena
de este reloj alado de olvido.

Un mar irremediable
de serenas fauces,
dulcísimo labio deseado,
se va llevando toda huella de mí
en los dedos mudos del náufrago.


(de Mares Online, Ed. Sial, 2008)



Imagen: Iaia Gagliani
*Post reeditado

2 comentarios:

Mallén dijo...

Llegué acá cachureando en el blog de una amiga; te felicito, este poema es muy lindo. Bastante emotivo y sutil. Trataré de dejarme caer más seguido por aquí... y te invito a visitar mi blog.

perra dijo...

y hoy más que nunca siento el poema