Colada de culpas y presagios, nunca mezclar con la ropa blanca que saboreó sueños.
Menú de sombras, pastel de metáforas.
Un hemistiquio o dos para un verso largo detrás de la nevera.
El mantel a cuadros bailando sinalefas, sirtaki de migas rebeldes precipitándose.
Una mopa borracha de polvo recordado. Gime feroz la despensa a oscuras.
Meriendas hambrientas en los ojos de un niño. Panes y peces se multiplican memorizando tablas. Tres por seis, dieciocho coplas de pie quebrado.
Noche de zapping en tus manos. Serendípiti, ¡alehop! Acuna el viejo sofá la piel de los días.
Me abrazas. Codas dulces de ida y vuelta. Boca con boca, rimándonos.